Misterios, incógnitas y dudas sobre la patata
Misterios, incógnitas, dudas…Tiene lagunas que en algunas ocasiones de transforman casi perfectamente en capítulos a medio recorrido entre lo que podríamos llamar una crónica real, como la vida misma, y la leyenda. Este es el eslabón que une el Viejo Continente con los Andes a través de la alimentación. Es la patata, ¡que viva la patata! Rindamos un sentido homenaje al tubérculo que ha hecho y hace muy felices en la mesa a miles de personas de todo el mundo, y por qué no decirlo, que ha sacado, también, de peligro a mucha gente del hambre.
De la importancia de este alimento en Perú se desprende una vieja leyenda andina que cuenta que los hombres cultivadores de la Quinta, dominaron durante años a los pueblos de las sierras altas que, con el fin de dejarlos morir lentamente, les robaban sus cosechas hasta ir reduciendo así la ración de alimentos indispensable para sobrevivir ellos y sus hijos. Al filo de la muerte, los pobres hambrientos clamaron al cielo y éste les dejó caer unas semillas redondas y carnosas las cuales, después de sembradas, se convirtieron en hermosas matas, tiñendo de tono morado las abruptas tierras altas de la cordillera.
Según cuenta Jorge Fernández Nogueira en su trabajo “Historia de la patata”, estos dominadores no se opusieron a la siembra, con la idea de que una vez la planta estuviera en flor, la recogieran ellos dejando otra vez a los hambrientos cosechadores al borde de la hambruna general. Cuando las plantas empezaron a amarillear los opresores segaron los campos y se llevaron lo que parecía una excelente cosecha de verduras.
Desconsolados y moribundos de hambre, los pobres y pacientes campesinos pidieron de nuevo al cielo que les ayudara y una voz desde las alturas les dijo: removed las tierras y sacad los frutos, que allí los he escondido para burlar a los hombres malos y enaltecer a los buenos. Así hicieron y bajo el suelo aparentemente asolado por el enemigo aparecieron aquellas hermosas patatas que fueron recogidas y guardadas en estricto secreto. Añadiendo una porción de patatas a su empobrecida dieta, muy pronto se restablecieron, cogieron fuerzas y lograron echar a los invasores que huyeron sin regresar jamás a perturbar la paz de las montañas.
ORIGINARIA DE LOS ANDES
La historia alimenticia de la patata, que pertenece a la misma familia que el tabaco, es originaria de los Andes chilenos y peruanos. Se cultivó en áreas montañosas hace unos 8.000 años a.C., donde no crecía el maíz que era el alimento principal de los incas. Gonzalo Jiménez de Quesada la descubrió en 1537.
De las manos de Pedro Cieza de León, llegaron a España a mitad del siglo XVI las primeras patatas de la especie Andigena del Perú. Estas fueron presentadas a Carlos I y algunas se enviaron al papa Julio II como curiosidad botánica que florecieron en los jardines de Roma durante muchos años antes de ser consideradas comestibles.
La patata de España pasó a Italia, Portugal y Francia. Más tarde llegó a Inglaterra e Irlanda, y posteriormente, en 1610, a Holanda. En todo el continente europeo se usó principalmente como planta decorativa de jardines y patios. En Francia se encargó de dar a conocer la patata Antonio Augusto Parmentier, farmacéutico galo. Parmentier, después de asegurar que las patatas habían contribuido a salvar de morir de hambruna a miles de compañeros, llegaría hasta el rey para brindarles las cualidades de este tubérculo.
Actualmente se conocen 3.311 variedades de patatas. Los ingleses le dieron el nombre de “potato”, vocablo del Caribe. En Alemania, kartofel; en Irlanda, murphy; en Italia, tartuffolo; en Holanda, aardappel; y en Francia, “pomme de terre” (manzana de tierra).
La patata resulta polivalente en la cocina. Se puede y de hecho se prepara de mil maneras diferentes, tanto como acompañamiento, como plato principal, como en tortilla. Siempre sale airosa del envite culinario al que se le ponga. De todas, destacan dos; una las patatas fritas también conocidas como “chips”; y otra, la tortilla, una receta eminentemente española, muy identificada con la cocina de todas las autonomías españolas.
Enric Ribera Gabandé